Hay ojos
hermosos para ver pero no siempre sus miradas tienen luz interna, es que hay una
belleza superior a la imagen de la piel, éste es muy especial, ya en estos
tiempos, casi desconocida. Sin embargo, la puedes ver en el candor de la niñez,
esta belleza superior no pasará con el tiempo, mas bien evolucionará se hará mas
perfecta, se hará más pura.
La belleza
interior se nutre de la oración, vive de la misericordia divina y se manifiesta
en la compasión. La belleza interior
es capaz de cambiar vidas, derrumbar
destinos perdidos, confundidos y desesperanzados. No la busques
mas en el brillo superficial, búscala mas bien en la reflexión, búscala donde
antes creíste que jamás la encontrarías. Quizás se encuentra en la persona menos
pensada pero siempre existe porque de alguna manera Dios también mora en esa
mirada interior, en esa belleza superior.
Pintura y Escrito:
Oscar Basurto Carbonell
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